Hoy es 1 de Agosto, comienzan las celebraciones por la Pachamama en todo el Tawantisuyu, y aquí en Jujuy, las familias y comunidades se reúnen para abrir la tierra y ofrendarle su gratitud por lo recibido, y también aprovechan para hacerle saber los deseos de este año.
En esta provincia, el poder gobernante, es racista y misógino, como lo es en todo el país, tal cual es este mundo civilizatorio wingka. Así que me interesa encontrarme con todas mis hermanas que caminan por derechos, no importa si ideológicamente somos muy diferentes, si culturalmente muy diversas, si socialmente asimétricas. Lo que en verdad me importa es tejer junto a ellas un mundo nuevo y mejor.
Con ese sentir camino los territorios jujeños, ésta vez he llegado a la capital, San Salvador de Jujuy, para encontrarme con Milagro Sala. Me habían dicho que vivía en una mansión, imaginé que abarcaría media manzana, fué grande mi sorpresa al ver que si bien vive en una casa cómoda y grande, ésta muy lejos de ser una mansión. La vi rodeada de gente, de afectos, su casa es una casa comunitaria, el techo de muchas personas, que son albergadas y contenidas allí. Hablamos bajo un tibio sol invernal que nos cobijó como poncho añejo y uniforme. Su verdad me esclareció. Reafirmé algo que percibía, el racismo transversal y sistémico la ha encarcelado a ella y a otras hermanas y hermanos de la Tupak. Seguro muchos y muchas hermanas y hermanos indigenas me dirán pero ella maltrataba, era violenta, etc. Les pregunto: la familia Blaquier, que apoyada por la dictadura secuestró, torturó y desapareció a 400 personas, no eran violentos y maltratadores? Por qué no están presos?
Las complicidades de los gobiernos tanto provincial como nacional históricamente los han encubierto y actualmente su impunidad encuentra respaldo en quienes gobiernan. Los barrotes carcelarios contra Milagro y sus compañeres son los mismos barrotes que encarcelan a miles de personas racializadas y pobres. Son los barrotes de la Argentina eurocéntrica y supremacista, que sigue apoltronada en la casa Rosada y en los gobiernos coloniales de cada provincia.
Soy antisistémica, jamás milité en ningún partido, ni en agrupaciones sociales devenidas de partidos, no me esfuerzo por reciclar y mejorar éste sistema carcomido, roido por sus injusticias y crueldades, que se vale de los estados nación como instrumentadores de su sujeción y represión a los los pueblos indígenas.
Ojalá ésta nueva celebración de la Pachamama traiga en Jujuy la fuerza telúrica para decir ¡¡basta!! Libertad a les presos políticxs, memoria, verdad y justicia. ¡¡Milagro Salas Libre!! Marici weu! Moira Millán Weychafe Mapuche