/> Carta pública de Moira Millán a Boaventura Sousa Santos – Moira Millán

10 de Junio del 2023, desde Puelwillimapu, Patagonia. 

Debido a que sigo recibiendo sus ataques y no demuestra arrepentimiento por sus despreciables actos, expreso aquí mi lectura de los documentos que usted ha hecho circular.                          

Respecto a los mails, el primero demuestra en principio la confianza que yo tenía depositada en usted hasta el momento de mi llegada a Coimbra.

– El email de mi agradecimiento, no fue enviado a usted sino a un muy querido amigo en Francia, para entonces mi correo electrónico ya había sido intervenido.

La presentación de facturas y boletas de gastos, bien podrían ser de cualquier restaurante de Portugal con cualquier otra persona. No es aval de nada. 

Sobre el mail en el que supuestamente le pido apoyo económico, afortunadamente nunca se me ocurrió pedirle su ayuda, este email expone que además de abusador, racista, machista es tacaño,  ya que usted ha sido beneficiario de importantes sumas de dinero para investigar nuestras luchas y los mecanismos de colonización y opresión que aún padecemos. Hasta la presentación de este mail yo desconocía que usted estuvo al tanto de mi situación vulnerable y difícil, y que a pesar de las dificultades y persecución que padecí, nada me detuvo para organizarme junto a otras mujeres indígenas para luchar. Por suerte éstos emails sí fueron enviados a amigas y amigos verdaderamente solidarios que sí respondieron y me apoyaron, caminando el sendero de los sueños colectivos y teluricos que decidí emprender. Sin embargo, a pesar de que jamás se lo envié, usted lo recibió demostrando indolencia, ésto no me sorprende ya que usted es parte del extractivismo académico, piratería intelectual que opaca a la ciencia sociales, usándonos como conejillos de india para sus investigaciones que le otorgan privilegios y poder. Fue incapaz de plantearse la reciprocidad para con los pueblos y activistas, quienes estamos llevando adelante la lucha contra la colonialidad y la opresión. 

Que usted haya mostrado los mails que supuestamente ha recibido, los cuales yo nunca le envié, y lo muestre como prueba de que sus delitos de abuso que estoy denunciando no son verdaderos, responde a mecanismos patriarcales que hasta hace poco gozaban de impunidad. 

Millones de mujeres oprimidas, violentadas, violadas dependen económicamente de sus verdugos. Ellas no cuentan con las herramientas para cortar las cadenas y liberarse del grillo esclavista del abusador. Estas mujeres muchas veces se alimentan, se cobijan y de visten bajo el yugo de estos seres despreciables. Si un tribunal juzgara a sus verdugos ¿podrían éstos mostrar que solventar económicamente a sus víctimas los vuelve inocentes? Su intención mostrando éste mail como prueba es parte del perverso mecanismo de sujeción y esclavitud.

Otro tema que me intriga, es que usted asegura que nunca me llevó a su casa. Ésta declaración abre interrogantes estratégicos para dimensionar la maldad de sus actos. ¿Si aquel departamento, en aquel edificio situado frente al restaurante al cual me llevó, no era su casa, entonces a quién le pertenecía?, ¿era usado para llevar a sus victimas?, ¿era un inmueble adquirido con dinero público?, ¿era financiado por CES o la universidad de Coimbra? ¿Por qué niega que esa noche usted me mencionó claramente que el restaurante donde nos hayabámos había sido de su familia?. ¿Qué pretende ocultar con esa información?. ¿a qué le teme?

Finalmente, usted nos acusa, a nosotras sus víctimas, de difamación, como si fuéramos unas locas que sin fundamento y sin razón  casi de manera desquiciada arremeteríamos contra su imagen. 

Sus dichos lo vuelven a colocar en la narrativa colonial y patriarcal. Como mujer mapuche conozco perfectamente el negacionismo como instrumento de la desmemoria, práctica histórica de los estados racistas e invasores.

Si usted fuera una persona honorable jamás saldría de mí inventar hechos que no sucedieron. Es por ello que cuando usted me pide que me retracte, que mienta diciendo que es inocente y me doblegue ante sus amenazas; demuestra una profunda ignorancia de la escencia ancestral de mi pueblo y por lo tanto de mi persona. Mi verdad no está bajo el yugo de su poder. 

¿Usted cree que puede asustarme?  Soy una weychafe y he ofrendado mi vida para hacer de este mundo un mejor lugar, soportando atentados, persecución política, difamación, mala propaganda  mediática, represión, etc. Jamás mentiría ni claudicaría. Finalmente debería sentirse avergonzado de decirme que es solidario con el pueblo mapuche. Usted es un vil cobarde y oportunista que  abraza y sonríe complaciente a los gobiernos progresistas que han instaurado sobre la  wallmapu una dictadura racista. 

Ser solidario significaría señalarle al presidente Bóric, que las cárceles están llenas de presos políticos mapuche y de la revuelta. Tampoco le mencionó a Alberto Fernández la situación que padecían nuestras pu lamngen en Puelmapu, presas injustamente hasta hace pocos días. Ser solidario implica principios, coraje, un alto espíritu de humanidad de los cuales usted carece.

Como resultado de la dolorosa y humillante situación que su abuso me produjo y la comprensión de que mi soledad institucional y desamparo en aquel momento respondía al machismo y al racismo, conduje mi rabia y mi herida como un vector que me impulsó a caminar hasta el último de los confines de la inmensa territorialidad de los pueblos indígenas en Argentina para hacer nacer el Movimiento de Mujeres y Diversidades indígenas por el Buen Vivir.

Hoy puedo decir que caminé para sanar. Que la indiferencia  academica fue sustituida por el amor y la fuerza de miles y miles de mujeres indígenas que viven cotidianamente la violencia que usted encarna y representa. Le preocupa que la derecha esté usando estás denuncias, pero usted sabe que es parte beneficiaria de éste sistema, la derecha necesita hipócritas como usted.

Si usted realmente fuera un auténtico luchador por un mundo más justo seguramente estaría encarcelado,  perseguido,  su voz sería inaudible ante el mundo porque instrumentarían todos los mecanismos para callarlo,  tal cual lo hacen contra mi pueblo, tal cual lo he sufrido yo en carne propia. Usted ha Sido y es parte del juego perverso de este  sistema.

Está carta la escribí para pedir a las hermanas africanas que han sido víctimas suyas que se animen hablar. Así mismo quiero abrazar a cada mujer de Portugal que viene sufriendo o ha sufrido situaciones como está con una legislación cruel y machista que plantea la prescripción de estos delitos dejando abiertas las heridas. ¡Esto tiene que cambiar!. Los delitos sexuales no pueden prescribir, y dependerá de todas nosotras que en toda partes del mundo evitemos que nos impongan la medida del tiempo patriarcal para seguir garantizando impunidad.

May ta niayiñ mvpiñ dungun weu!!

Desde Puelwillimapu por verdad y justicia, Moira Millán, weychafe Mapuche